- Señor, por favor compórtese, ¿qué desea?
Entonces el hombre saca unos pollitos de los bolsillos, los pone sobre la mesa y dice:
- Tráigame una botella de whisky para mí y para mis sobrinos.
La mujer queda muy asombrada, pero le trae la bebida. Al rato vuelve a llamar el hombre:
- ¡Camarera, una botella de tequila para mí y para mis sobrinos!
Al rato nuevamente:
- ¡Camarera, un champagne para mí y para mis sobrinos!
Entonces la mujer se acerca y le dice:
- Escúcheme, usted ha bebido de más pero no me va a decir que cree que esos pollitos son sus sobrinos.
- Por supuesto que sí, los encontré en la calle y me decían: “Tío, tío, tío, tío”.
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Un recién casado se va con los amigotes de copas. El hombre le promete a la mujer que estará de regreso antes de la medianoche pero, como suele pasar, la fiesta se extiende, el tío se agarra un pedo de la leche y le dan las tres de la madrugada entrando por la puerta de su casa.
Justo en ese momento, el reloj da tres campanadas y el tipo, temiendo que su mujer se despierte, imita las campanadas dang, dang... nueve veces más para que piense que son las doce de la noche.
- Oye, me ha salido que te cagas, seguro que ni se ha enterado y se mete en la cama.
A la mañana siguiente, la mujer le pregunta que a qué hora llegó. El le responde:
- A la medianoche, mi amor.
- Ya, ya. Oye Pepe, creo que vamos a tener que comprar otro reloj.
- ¿Cómo que otro reloj?
- Si, es que este debe estar roto ¿Sabes?.
- ¡Pero si da la hora perfectamente!
- ¡Y tan perfectamente! Anoche dio tres campanadas, hizo una pausa, dio otras 4 campanadas, se aclaró la voz con un carraspeo, dio 3 campanadas más, se tiró un pedo, dio las dos últimas y se descojonó de risa.
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Llega un borracho a las 3:00 de la madrugada a su casa, mete la llave despacio sin hacer ruido para no despertar a su mujer.
Pero la mujer lo estaba esperando y cuando abrió la puerta enciende la luz. El borracho al verse descubierto le dice:
- Qué!.
- Qué de qué!.
- Qué de qué o qué.!
- Qué de qué o qué de qué!.
- Qué de qué o qué de qué o qué!.
- Qué de qué o qué de qué o qué por qué!.
- Qué de qué o qué de qué o qué por qué pues qué!
- ¿Dónde andabas?
- No, no, no me cambies la conversación.
Pero la mujer lo estaba esperando y cuando abrió la puerta enciende la luz. El borracho al verse descubierto le dice:
- Qué!.
- Qué de qué!.
- Qué de qué o qué.!
- Qué de qué o qué de qué!.
- Qué de qué o qué de qué o qué!.
- Qué de qué o qué de qué o qué por qué!.
- Qué de qué o qué de qué o qué por qué pues qué!
- ¿Dónde andabas?
- No, no, no me cambies la conversación.
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